Hay
cinco tecnologías que prometen revolucionar la forma en que asignan los
recursos y opera el comercio internacional. Algunas de ellas tienen que ver con
la propia eficiencia de los procesos, otras con acercar el mercado global a las
regiones más aisladas. Esta es la visión del Foro Económico Mundial.
Hace
no demasiado, el comercio internacional no dejaba de ser un
tema aburrido, de esos que ocupan la segunda parte de los
periódicos y quedan relegados a un plano fácilmente olvidable de la agenda
pública. Sin embargo, esta situación ha cambiado notoriamente en los últimos
tiempos: la aprobación y posterior retirada del Tratado de Libre Comercio de la
Unión Europea y Estados Unidos (y su homólogo con Canadá) y las políticas
proteccionistas de Donald Trump (con la incorporación de nuevos aranceles a las
importaciones tanto europeas como chinas y de sus socios americanos, México y
la propia Canadá) han
echado leña sobre un fuego aparentemente estable.
Pero
en todas estas discusiones, de marcado carácter político, falta un foco mediático clave sobre la que quizás sea la mayor
revolución que vivirá el comercio global en los próximos años: la cuarta
revolución industrial, esa anunciada llegada de procesos más
inclusivos y eficientes en la cadena de valor.
La disrupción tecnológica no es nueva para
el sistema de comercio global.
La
revolución de la máquina de vapor conectó el mundo como nunca antes. La
invención de contenedores de envío sentó las bases para la globalización. Más
recientemente, tecnologías como el reconocimiento óptico de caracteres (OCR)
para leer números de contenedores, la identificación por radiofrecuencia (RFID)
y la introducción de códigos QR para identificar y rastrear envíos, o la
digitalización básica de documentos comerciales, han mejorado la fiabilidad y la eficiencia del comercio
internacional.
Ahora
estamos a punto de entrar en otra etapa de cambios, en otro momento disruptivo
al menos igual de transformador que los anteriores, si no mucho más. Las
diferentes innovaciones que afectan a todas las partes del ciclo de vida de
adopción de la tecnología pueden combinarse para cambiar
fundamentalmente la forma en que se asignan los recursos y opera el comercio
internacional. Los gobiernos y las empresas deben comprender
las tendencias actuales para mantenerse a la vanguardia.
¿Cuáles
son esas principales tecnologías a tener en cuenta? ¿Cómo afectan y deben
entenderlas los gobiernos, grandes operadores mundiales y pequeñas compañías en
todo el globo? Vayamos paso a paso…
1. Blockchain
Las
tecnologías de libros distribuidos basados en blockchain pueden tener un
tremendo impacto en la cadena de suministro comercial global. Las
organizaciones comerciales, como la Cámara de Comercio e Industria de Dubai, ya
han lanzado al respecto una iniciativa para aprovechar la tecnología blockchain
para abordar cuestiones de comercio mundial, como los altos costes y la falta
de transparencia y seguridad.
Además
de hacer que el movimiento de mercancías sea más eficiente y fiable, las
soluciones basadas en blockchain están afectando el mundo del financiamiento
comercial. Por ejemplo, blockchain se utiliza para simplificar
el largo y tedioso proceso de obtener una Carta de crédito (LoC), un mecanismo
de pago utilizado en el comercio internacional.
2. Inteligencia
Artificial
La
inteligencia artificial y el aprendizaje automático se pueden utilizar para
optimizar las rutas de envío de comercio, gestionar el tráfico de barcos y
camiones en los puertos, y traducir las consultas de búsqueda de comercio
electrónico de un idioma a otros idiomas y responder con el inventario
traducido.
Más
que aumentos de eficiencia y mejores servicios al consumidor, la IA también se está utilizando para hacer que el comercio global
sea sostenible. Por ejemplo, Google lanzó Global Fishing Watch
en 2016, una herramienta en tiempo real que utiliza el aprendizaje automático
para combatir la pesca ilegal al proporcionar una visión global de las actividades
de pesca comercial basadas en los movimientos de los barcos y los datos
satelitales. Puede ser utilizado por los gobiernos y otras organizaciones para
identificar comportamientos sospechosos y desarrollar políticas sostenibles.
3. Plataformas
digitales
Cada
vez es más fácil intercambiar servicios online: plataformas digitales
como Upwork permiten a los usuarios encontrar proveedores de
todo el mundo para una amplia gama de servicios, desde un desarrollador web en
Serbia a un contable en Pakistán, a un virtual asistente en Filipinas.
Mientras
tanto, las startups como la plataforma de aprendizaje internacional VIPKID unen
a educadores estadounidenses con niños chinos para enseñar inglés en línea.
Estas plataformas digitales conectan sin problemas a los clientes con los
proveedores de servicios, de una manera que antes no era posible cuando dichos
servicios profesionales solían ofrecerse únicamente en persona.
4. Impresión 3D
Hay
estudios que predicen que una vez que la impresión 3D de alta velocidad se
adopte en masa y sea lo suficientemente barata, el
comercio global puede disminuir hasta en un 25%, ya que la impresión 3D
requiere menos mano de obra y reduce las necesidades de importación.
Otros, por el contrario, argumentan que tales puntos de vista son demasiado
optimistas y no toman en cuenta la complejidad y realidad de la fabricación en
masa.
Independientemente
de las posiciones, el impacto de la impresión en 3D en el comercio global es
real, especialmente a medida que los métodos más rápidos y económicos de
impresión en 3D estén disponibles.
5. Pagos móviles
Desde
Apply Pay hasta Alipay, los pagos móviles están transformando la forma en que
vivimos y conectando a más personas con las oportunidades del mercado. Según la
base de datos global de inclusión del Banco Mundial, el número de personas que
obtuvieron acceso a cuentas bancarias aumentó en un 20% entre 2011 y 2014, y
las cuentas de banca móvil supusieron un impulso importante para la inclusión
financiera, especialmente en las economías emergentes.
Por
ejemplo, en el África subsahariana, el 12% de los adultos (64 millones de
adultos) tienen cuentas de dinero móvil (en comparación con solo el 2% en todo
el mundo), y el 45% de ellos solo tiene una cuenta de dinero
móvil. A medida que la población se conecte a los pagos móviles, será mucho más
fácil para ellos participar en el comercio mundial, ya sea como consumidores o
como empresas.
*Este
texto es una traducción interpretada de un análisis sobre el tema realizado por
el Foro Económico Mundial. El original puede leerse aquí. (autor)
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