La importancia
del buen desempeño de
las relaciones
internacionales en el desarrollo,
político, comercial, cultural a nivel mundial es primordial hoy día para el
logro del desarrollo integral de las naciones. 21Feb2013
No hay una sola nación que
pueda considerarse autosuficiente así misma y que no necesite del concurso y
apoyo de los demás países, aun las naciones más ricas necesitan recursos de
los cuales carecen y que por medio de las negociaciones y acuerdos mundiales
suplen sus necesidades y carencias en otras zonas.
Las condiciones climatológicas propias de cada nación la
hacen intercambiar con zonas donde producen bienes necesarios
para la supervivencia y desarrollo de áreas vitales entre naciones.
El desarrollo del comercio internacional hace que los países prosperen, al
aprovechar sus activos producen
mejor, y luego intercambian con otros países lo que a sus ves ellos producen
mejor.
Es en esencia el intercambio de bienes, servicios y
conocimientos entre las naciones que integran el planeta.
El comercio internacional es una fuerza que
apunta al desarrollo económico, y promueve el bienestar de las naciones y de su población los
bienes que se tranzan están constituidos por bienes terminados,
intermedios, que sirven para elaborar otros productos y
materias primas.
Al analizar la economía debemos de revisar la dimensión que trasciende
las fronteras de un país, es decir, la que aborda los problemas económicos
con fines internacionales.
La importancia que tienen las relaciones internacionales en el campo
comercial, político o cultural ha alcanzado, a nivel mundial, un profundo
significado, a tal grado que no se puede hablar tan sólo intercambio de bienes
sino de programas de integración.
La economía
internacional plantea el estudio de los problemas que plantean
las transacciones económicas internacionales, por ende cuando hablamos de
economía internacional es vincular con los factores del comercio internacional.
Comercio internacional es el intercambio de bienes económicos que se
efectúa entre los habitantes de dos o más naciones, de tal manera, que se dé
origen a salidas de mercancía de un país (exportaciones) entradas de
mercancías (importaciones)
procedentes de otros países.
Los datos demuestran
que existe una relación estadística indudable
entre un comercio más libre y el crecimiento económico.
La teoría económica señala convincentes razones para esa
relación. Todos los países, incluidos los más pobres, tienen activos -humanos,
industriales, naturales y financieros- que pueden emplear para producir bienes
y servicios para sus mercados internos o para competir en el exterior.
La economía nos enseña que podemos beneficiarnos cuando esas mercancías y
servicios se comercializan.
Dicho simplemente, el principio de la "ventaja comparativa"
significa que los países prosperan, en primer lugar, aprovechando sus activos
para concentrarse en lo que pueden producir mejor, y después intercambiando
estos productos por los productos que otros países producen mejor.
El comercio internacional
es importante en la medida que contribuye a aumentar la riqueza de los países y
de sus pueblos, riqueza que medimos a través del indicador de la producción de bienes y servicios que
un país genera anualmente (PIB).
Sobre la base de esta
convicción se ha defendido la libertad de
comercio como un instrumento que permite lograr uno objetivo que
podemos considerar universal: la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de
la población mundial
que está íntimamente relacionada con la renta económica generada y con su distribución.
Esta creencia, sin embargo, no ha sido ni compartida por todos los países
ni, sobre todo, aplicada.
Por el contrario, el enfoque que más ha prevalecido en la historia económica de
los últimos tres siglos ha sido el de limitar y regular los flujos de comercio
en función de
los diferentes intereses económicos, políticos y sociales de los estados.
El grado de intervención y limitación de los intercambios comerciales ha
ido variando a lo largo del tiempo,
como después analizaremos, pero alcanzó su punto álgido en los años treinta
cuando la economía internacional
experimentó una de sus peores crisis.
Precisamente, para evitar que estos episodios de deterioro en las relaciones
económicas internacionales se repitieran, el diseño
del orden económico internacional de la posguerra apostó, claramente, por una
liberalización del comercio internacional como medio para que la producción
y el bienestar de todos los países aumentaran. A pesar de ello, este proceso de
liberalización del comercio no ha sido automático ni generalizado.
Por el contrario, ha requerido de la voluntad política de
los países que, progresivamente, han ido aceptando que un comercio libre
reporta beneficios para la comunidad internacional.
La importancia del comercio
internacional se puede medir por el volumen de
mercancía exportada, que ha ido creciendo en cantidad absoluta y respecto a la
producción doméstica, y por el grado de interdependencia de las economías
mundiales. Además, el comercio internacional es un sustituto a la movilidad de
los recursos.
Finalmente, también afecta a los precios internos,
al nivel de empleo,
y a todas las acciones políticas del gobierno en materia doméstica.
Causas del
Comercio Internacional
El comercio internacional
obedece a dos causas:
1. Distribución irregular de los recursos económicos
2. Diferencia de precios, la cual a su vez se debe a la posibilidad de
producir bienes de acuerdo con las necesidades y gustos del consumidor.
El origen se encuentra en el intercambio de riquezas o productos de
países tropicales por productos de zonas templadas o frías.
Conforme se fueron
sucediendo las mejoras en el sistema de transporte y
los efectos del industrialismo fueron mayores, el comercio internacional fue
cada vez mayor debido al incremento de las corrientes de capital y
servicios en las zonas más atrasadas en su desarrollo.
Los Orígenes
del Comercio Internacional Moderno
Aunque el comercio internacional siempre ha sido importante, a partir del
siglo XVI empezó a adquirir mayor relevancia con la creación de los imperios
coloniales europeos, el comercio se convierte en un instrumento de política
imperialista. La riqueza de un país se media en función a la cantidad de metales preciosos
que tuviera, sobre todo oro y
plata.
El objetivo de un imperio era conseguir cuanta más riqueza mejor al menor
coste posible.
Esta concepción del papel del
comercio internacional, conocida como mercantilismo,
predomino durante los siglos XVI y XVII.
El comercio internacional empezó a mostrar las características actuales
con la aparición de los estados nacionales durante los siglos XVII y XVIII.
Los dirigentes descubrieron que al promocionar el comercio exterior podrían
aumentar la riqueza y, por lo tanto, el poder de
su país.
Durante este periodo aparecieron nuevas teorías económicas
relacionadas con el comercio internacional.
Fuente: Regner Castillo Salazar
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