El Potencial del Comercio Exterior que México aspira

En la actualidad, México ha demostrado su gran capacidad exportadora como manufacturera, haciendo la balanza comercial un poco más diversa. Así, mercados en oriente como Japón, la Unión Europea, y el resto del sudeste asiático son los más interesados en comprar producción nacional, o establecer sus empresas en México, ya que para ellos representa una punta de lanza para su comercialización en Estados Unidos, el mismo continente asiático y el resto del continente americano; los costos disminuyen drásticamente a diferencia de producirlos en el país que se encuentre al otro lado del océano, así como el tiempo, que es esencial en el campo de la planeación y la logística de los materiales, ya que el producto terminado se traslada en cuestión de un par de días (como máximo) a su punto de destino.

Empresas que ven en México un gran potencial para producir y distribuir, son las que le otorgan un valor agregado no sólo a nuestro país, sino a la región entera, para lo cual estos “clusters” o “hubs” logísticos regionales son esenciales para la cadena de suministro de muchos de los sectores que encontraron un nicho de negocio importante para sus Corporativos.

Y vaya que han funcionado, desde la crisis inmobiliaria de 2009, y la actual situación que afecta negativamente a la Eurozona, muchas empresas han visto cómo el mercado se ha contraído recientemente y muchos de los procesos productivos han resultado más costosos en sus países de origen que al trasladarlos a las economías que centran tanto mano de obra calificada, como un ambiente económico más estable para abrir una fábrica o planta manufacturera.

Empresas como la francesa Eurocopter, que fabrica aeronaves, establecida en Querétaro; Bombardier, canadiense que cuenta con dos plantas, una dedicada a la transportación, y otra a la aeroespacial, ubicadas en Hidalgo y Querétaro, respectivamente; L’Oreal, quien recientemente abrió una segunda planta en San Luis Potosí, que exportará el 70% de su producción; Mazda, se sumará a las automotrices japonesas que cuentan con plantas en México en 2014 con la que se ubicará en Guanajuato; Compal Electronics, taiwanesa que adquirió en 2011 la planta manufacturera de televisores Toshiba, la cual exporta a EU y Canadá el 93% de su producción, mientras que el 7% restante se comercializa en el mercado nacional; son algunos ejemplos del crecimiento que representan para ellos un nuevo modelo de negocio que confía a las economías de las que México forma parte, la calidad que exige cada vez mejores estándares en varios ámbitos, como en la industria aeroespacial, automotriz, y electrónicos.

Y no sólo la diversificación de actividades por sector en ciertas regiones, sino también el establecimiento de mejores rutas logísticas para el transporte de las mercancías. Por ello, regiones como el Bajío (Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes Querétaro), el Occidente (Jalisco), y los Estados colindantes con la frontera con Estados Unidos, han servido como un “corredor logístico” importante tanto de entrada como de salida con nuestro principal socio comercial, aparte de la cercanía con varios puntos portuarios importantes, como Manzanillo, Veracruz o Lázaro Cárdenas.

Esto no solo le permite a la empresa que va a invertir, sino también al gobierno local y al federal, apostar a la inversión en infraestructura, como mejores carreteras, aeropuertos, modernización de puertos, aduanas, actualización del sistema aduanero, así como las reglas de comercio exterior; ya que todo es un conjunto que debe actuar y derivar en beneficio prácticamente de todos, tanto quien produce, como consume, así como quien desea trabajar o colaborar con alguna de estos negocios que ven el potencial que México tiene, así como colaborar en su acrecentar su competitividad, nos ubica dentro de la región como uno de los punteros de América Latina, por su gran capacidad exportadora y manufacturera, industrias como la aeroespacial y la automotriz le dan a México su grado de especialidad que compite con las demás grandes economías del globo.

EDGAR HIDALGO