Pese
a los avances en la logística del comercio internacional, se debe reflexionar
sobre las debilidades estructurales de las cadenas en operación.
Establecer una metodología que identifique cuál es el eslabón más
débil es un asunto complejo.
No debe pasarse por alto que en las cadenas logísticas el eslabón más débil no siempre es el mismo, pues en el tiempo puede dejar de serlo por mejoras aplicadas, dejando este sobrenombre a otro miembro de la misma cadena (embarcador, distribuidor, agente de carga, agente aduanal, transportistas, aduana o algún otro). Ninguna cadena logística es igual y, por consiguiente, el eslabón más débil cambia en cada caso tanto en posición como en intensidad.
Los diferentes eslabones
A fin de conocer las variables que determinan la debilidad de las cadenas logísticas, se presentan cada uno de los eslabones desde la perspectiva del eslabón más débil.
• El fabricante como el eslabón más débil
El eslabón de producción como encargado de manufacturar la mercancía que deberá embarcarse es uno de los eslabones más sensibles y difíciles de coordinar dentro de la cadena de suministro, debido que éste se intersecta con otras cadenas y depende de una serie de factores diversos como son los insumos, energía y mano de obra.
A fin de conocer las variables que determinan la debilidad de las cadenas logísticas, se presentan cada uno de los eslabones desde la perspectiva del eslabón más débil.
• El fabricante como el eslabón más débil
El eslabón de producción como encargado de manufacturar la mercancía que deberá embarcarse es uno de los eslabones más sensibles y difíciles de coordinar dentro de la cadena de suministro, debido que éste se intersecta con otras cadenas y depende de una serie de factores diversos como son los insumos, energía y mano de obra.
La carencia de uno de estos agentes hace que sea imposible su realización, y factores como el ausentismo laboral puede implicar que un lote no sea fabricado, dando como resultado que los pedidos no sean entregados en tiempo y forma. Es importante destacar que los sistemas avanzados de programación de la producción son de gran ayuda para que los insumos estén disponibles en el momento que son requeridos, ni antes ni después, pues resulta muy costoso contar con inventario de materia prima y productos en proceso o detener la producción por la falta de algún insumo, encareciendo la producción de los bienes.
Por esta razón, si el fabricante no lleva a cabo una correcta programación de la producción y presenta frecuentes retrasos, entregas incompletas, inventarios excesivos tanto de materia prima como de producto terminado o en proceso, resulta poco flexible y confiable, por tanto, puede asumirse que este actor es un eslabón débil, pues esto denota su dificultad para reaccionar a las demandas del mercado.
• El distribuidor o almacenista como eslabón más débil
Un distribuidor principalmente se caracteriza por la posesión y administración de almacenes para el resguardo y control de los productos, convirtiéndose esta actividad en uno de los temas que últimamente han llamado la atención de las empresas, pues mucho se habla de “tener o no tener” almacenes (inventario).
Un distribuidor principalmente se caracteriza por la posesión y administración de almacenes para el resguardo y control de los productos, convirtiéndose esta actividad en uno de los temas que últimamente han llamado la atención de las empresas, pues mucho se habla de “tener o no tener” almacenes (inventario).
El razonamiento o argumento teórico de la política de cero inventarios parece bastante lógico el no contar con almacén, sin embargo, la experiencia en planta ha demostrado que si bien es caro mantener inventario, en ocasiones resulta más costoso detener la producción por la falta de insumos o entregar órdenes incompletas a los clientes por falta de existencias, lo que puede hacer que el distribuidor se convierta en el eslabón más débil.
Generalmente las empresas trabajan con almacenes de materia prima, producto terminado en planta o en almacenes administrados por distribuidores, en los cuales se concentran los productos en un sitio estratégicamente ubicado para atender una determinada región.
• El transportista como eslabón más débil
Cuando el transportista es el eslabón más débil puede deberse, entre otros aspectos, a que sus tiempos de entrega son excesivos, sufre retrasos constantemente e incluso llega a presentar pérdida de la mercancía a causa de robos. La debilidad del transportista en la cadena de logística puede surgir de la intención de reducir costos en la cadena a través de la contratación de un prestador de servicios que posee poca infraestructura y escasa organización empresarial.
Cuando el transportista es el eslabón más débil puede deberse, entre otros aspectos, a que sus tiempos de entrega son excesivos, sufre retrasos constantemente e incluso llega a presentar pérdida de la mercancía a causa de robos. La debilidad del transportista en la cadena de logística puede surgir de la intención de reducir costos en la cadena a través de la contratación de un prestador de servicios que posee poca infraestructura y escasa organización empresarial.
Este ejemplo es típico en el caso del autotransporte, pues los usuarios lo ven como un costo que deben abatir y comúnmente contratan prestadores de servicio con base sólo en el precio como único parámetro, sin considerar otros atributos del proveedor del servicio, tales como el nivel de tecnificación, vehículos recientes, personal capacitado, nivel de servicio, certificaciones, u otros.
En el peor de los casos, el transportista se convierte en el eslabón más débil de la cadena logística cuando las tarifas ofertadas no cubren ni siquiera el costo real del viaje, situación muy común en el denominado “hombre camión”, quien se descapitaliza en cada viaje que realiza debido que no recupera el costo de desgaste de su unidad y no dispone de los recursos suficientes para hacer el mantenimiento preventivo a sus vehículos, propiciando a largo plazo malas condiciones mecánicas y operativas de sus unidades, volviéndose poco confiable.
En estos casos se corre el riesgo de que el camión sufra una descompostura en ruta y la mercancía no llegue a tiempo a su destino final. No obstante, debido a la miopía del usuario, el transportista puede convertirse en el eslabón más débil, pues es muy común que el primero establezca la tarifa sin considerar los costos reales de operación vehicular, afectándolo directamente en sus finanzas.
• El agente aduanal como eslabón más débilLa falta de comunicación y coordinación de operaciones con la agencia aduanal debilita el desempeño de este eslabón en la cadena logística, cuando esto ocurre se observan frecuentes demoras debido a que la mercancía es detenida en la aduana, ya sea por errores en el llenado del pedimento o por documentación faltante obligando a la empresa a incurrir en costos extras relacionados con el pago de multas, recargos por almacenaje en la aduana y la consiguiente pérdida de tiempo, convirtiéndose este actor en el eslabón más débil.
La comunicación con la agencia aduanal es muy importante debido a que la relación con la empresa importadora y exportadora es primordial para lograr confianza mutua, pues ambos comparten la responsabilidad en caso de que se encuentre una anomalía durante el proceso de cruce aduanal; si una de las partes incurre en una falta, ya sea por desconocimiento, negligencia o dolo, puede afectar seriamente los intereses del otro.
Por esta razón, antes de contratar una agencia aduanal es muy importante investigar sus antecedentes, el tiempo en que ha estado en funcionamiento, y que tenga experiencia en el tipo de carga que se va a importar o exportar. Esto último es de suma importancia porque es un factor que convierte a las agencias aduanales muy fácilmente en el eslabón más débil de la cadena, debido a que no dominan el total y diversidad de fracciones arancelarias, tratados y consideraciones que deben tenerse en cuenta en los procesos aduanales.
Si la agencia aduanal no es sensible a las necesidades de su cliente con respecto al tiempo de liberación de sus embarques, puede estar actuando como el eslabón más débil. Desde luego esto puede atenuarse si el cliente se convierte en un buen aliado organizando conjuntamente y con anticipación el programa de los previos, la elaboración de los pedimentos y el pago de aranceles.
• La aduana como el eslabón más débilUno de los puntos más discutidos en la logística de exportación e importación es el impacto de las oficinas aduanales sobre cómo éstas “acaban” con la perfecta coordinación, ya sea porque el horario de servicios es limitado o porque el proceso de gestión se torna altamente complejo, siendo calificada por los usuarios como el eslabón más débil de la cadena logística. Respecto al horario de operación de las aduanas, muchas veces los embarques no alcanzan a cruzar antes del cierre de las mismas, obligando a éstos a volver el día siguiente provocando retrasos en la entrega de las mercancías incurriendo en costos no planificados.
Un factor importante en el desempeño de la aduana es la tecnología disponible. Ésta resulta ser un factor clave en la agilización de los cruces y eficiencia de los procesos. En la actualidad, representa una fortaleza en la mayoría de las aduanas, obligado más por fines de seguridad que del comercio internacional, llevando al proceso de gestión a una dimensión diferente.
No obstante lo anterior, la aduana puede convertirse en el eslabón más débil debido a retrasos derivados del proceso de documentación, sobre todo cuando se presentan alguna de las siguientes situaciones:
i) Documentación nuevamente requerida por extravío imputable a la aduana.
ii) Exceso de tiempo en revisiones.
iii) Confusiones sobre la ubicación de la mercancía a liberar en los almacenes de la aduana.
iv) Cuando existen filas excesivas debido a la saturación de la misma.
i) Documentación nuevamente requerida por extravío imputable a la aduana.
ii) Exceso de tiempo en revisiones.
iii) Confusiones sobre la ubicación de la mercancía a liberar en los almacenes de la aduana.
iv) Cuando existen filas excesivas debido a la saturación de la misma.
• El cliente como el eslabón más débil
De acuerdo con el Latin American Quality Institute no hace mucho tiempo las empresas buscaban mayor número de consumidores, y los productos eran entregados sin un control de calidad exigente por muchos compradores; sin embargo, en los últimos años este instituto reconoce que las empresas perciben que los consumidores no determinan necesariamente la supervivencia, y que son los clientes los causantes del éxito o fracaso de las mismas.
De acuerdo con el Latin American Quality Institute no hace mucho tiempo las empresas buscaban mayor número de consumidores, y los productos eran entregados sin un control de calidad exigente por muchos compradores; sin embargo, en los últimos años este instituto reconoce que las empresas perciben que los consumidores no determinan necesariamente la supervivencia, y que son los clientes los causantes del éxito o fracaso de las mismas.
Un cliente, en este sentido, se convierte en un eslabón clave en la cadena logística, pues es éste quien, con la información que remite, específica las necesidades de la cadena logística (por ejemplo, tipos y cantidad de productos a surtir, tiempos y sitios de entrega, modos de transporte, etcétera).
Sin embargo, el cliente puede convertirse en el eslabón más débil en la medida que no lleva a cabo de manera correcta la transferencia de la información, por ejemplo, pedidos a partir de pronósticos incorrectos, nivel de inventarios por control deficiente, solicitud de embarques urgentes, realización de pedidos con baja frecuencia y en grandes cantidades (sobreinventario), desconocimiento del consumo (demanda), entre otros aspectos.
Comentarios finales
Con base en lo anterior, está claro que son diversas las variables que hacen de los actores de las cadenas logísticas internacionales el eslabón más débil, por tanto, resultaría interesante en cada caso sustentar dichas variables a través del conocimiento puntual de las siguientes preguntas de investigación: ¿cómo está constituida la cadena logística internacional?;¿cómo se inserta cada actor en la cadena global de valor?; ¿qué eslabones concentran el poder?; ¿cuáles son las barreras de entrada?; ¿cómo afectan dichos variables la sustentabilidad de la cadena?; ¿cuáles son los términos que definen el grado de debilidad de los eslabones?, y ¿cómo podrá medirse la fortaleza de la cadena logística a partir del eslabón más débil?
Con base en lo anterior, está claro que son diversas las variables que hacen de los actores de las cadenas logísticas internacionales el eslabón más débil, por tanto, resultaría interesante en cada caso sustentar dichas variables a través del conocimiento puntual de las siguientes preguntas de investigación: ¿cómo está constituida la cadena logística internacional?;¿cómo se inserta cada actor en la cadena global de valor?; ¿qué eslabones concentran el poder?; ¿cuáles son las barreras de entrada?; ¿cómo afectan dichos variables la sustentabilidad de la cadena?; ¿cuáles son los términos que definen el grado de debilidad de los eslabones?, y ¿cómo podrá medirse la fortaleza de la cadena logística a partir del eslabón más débil?
En particular, debe reconocerse que cada actor en la cadena buscará optimizar sus beneficios de manera individual a través de mejoras en sus procesos, tecnologías, sistemas de información, etcétera, pero al mismo tiempo, hoy en día, se exige que las mejoras se extiendan sobre todo al eslabón más débil.
José Elías Jiménez Sánchez y Elizabeth de la Torre Romero
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