La adaptación de tecnologías relacionadas con la cuarta revolución
industrial permite a las empresas un ahorro en costos de hasta 30%.
Seguramente, ahora en lugar de tomar un taxi, utilizas tu smartphone
para pedir un trasporte privado, o quizá eres de los que tiene un reloj
inteligente que te permite concentrar tus datos personales e incluso
digitalizar tu ritmo cardíaco, y probablemente te ha tocado ver cuántos lugares
hay disponibles al entrar a algún estacionamiento sin tener que invertir tiempo
en buscar un cajón vacío, todo ello forma parte de la llamada cuarta revolución
industrial o Industria 4.0.
Eduardo Bartolomé, director de Comunicación y Asuntos Gubernamentales
Mesoamérica en Siemens, señaló que adaptar a las empresas a este tipo de
tecnologías permite contar con una manufactura inteligente y que los jugadores
tomen decisiones rápidas y mejoren sus procesos.
“La manufactura en México está siendo el motor en el país. Si se ve a
nivel Latinoamérica, estamos exportando producto de manufactura y no nos
basamos en commodities.
En 2016, el 27% de la inversión extranjera en el país
fue en manufactura”, dijo Bartolomé, en el marco de la mesa redonda ¿Cómo
afecta la cuarta revolución industrial a la industria alimentaria?
Para México, la manufactura representa el 32% del producto interno bruto
(PIB) y el 35% del volumen total de las exportaciones.
De acuerdo con Siemens, la cuarta revolución industrial es la
interacción entre software y hardware, la aparición de nuevos materiales, el
desarrollo de sistemas operativos más potentes, el diseño de procesos más
eficientes y la digitalización de los procesos y servicios.
Juan Manuel Kuri, vicepresidente y Country Manager para Mesoamérica de
Siemens PLM (Product Lifecycle Management), explicó que la Industria 4.0
conlleva trasladar esa adopción tecnológica de productos inteligentes y
llevarlo a la manufactura a través de la digitalización, big data o
concentración de la información, así como mediante el internet de las cosas,
que es la infraestructura de la comunicación entre los dispositivos físicos y
el reporte de datos.
“La industria 4.0 es un proceso que ya está sucediendo en México y se
llevará a cabo y evolucionará durante los próximos 5 o 10 años”, agregó
Eduardo.
Según los especialistas, la adaptación de este tipo de tecnologías que
conlleva la industria 4.0 permite a las empresas un ahorro en costos de hasta
30%.
De acuerdo con un estudio de Siemens, de 300
empresas encuestadas en el país de 14 sectores diferentes (electrónica,
automotriz, salud y otros), el 59% ya piensa en estrategias digitales a corto o
mediano plazo, lo cual aún es bajo, sin embargo, muestra que el mercado ya se
está transformando.
“Estamos a la par que España, Brasil y Portugal en
entendimiento y madurez, aunque todavía hay que estudiar la parte de
implementación”, comentó Bartolomé.
Una plataforma de software llamada TIA Portal
(Totally Integrated Automation) es un programa informático que gestiona y
controla la producción de una planta industrial de cualquier tipo.
El software permite integrar todas las líneas de
producción en la parte mecánica y otros sistemas que optimizan el proceso,
operación de máquinas y planificación.
De igual manera, hay otras soluciones del
portafolio de PLM Siemens como Tecnomatix o NX, que permiten simular la
operación y observar el comportamiento de una línea de producción.
Kuri agregó que la industria de alimentos también
ha cambiado y se está adaptando a la Industria 4.0. Por ejemplo, hace 30 años
se veía una o dos opciones de pan de caja y ahora hay más de 25, porque la
gente busca diferentes productos con diversas especificaciones, dijo el
especialista.
Eduardo Bartolomé indicó que la industria 4.0 tiene
ventajas como ahorrar tiempo en el abastecimiento de una demanda, flexibilidad
de producción sin aumentar costos, eficiencia en uso de recursos como agua y
materia prima.
A su vez, señaló que este tipo de
tecnología no necesariamente es para las grandes compañías, pues
también puede utilizarse y servir de apoyo al crecimiento de pequeñas y
medianas empresas.
Fuente: Forbes Mexico
La fábrica inteligente
La
fábrica inteligente es el resultado de la fusión de los mundos virtual y
físico.
Las
piezas base son los productos inteligentes, caracterizados por
disponer de electrónica, software embebido y conectividad.
Se
denominan sistemas
ciber-físicos (CPS) y tienen capacidad de interactuar con
otros sistemas (M2M)
y con humanos. El software les permite auto-gestionarse y tomar decisiones
descentralizadas. Equipados con sensores captan
información sobre su entorno, su uso y estado que pueden proporcionar a quien
lo fabricó o gestiona su servicio. Sobre los CPS pueden ofrecerse servicios
inteligentes y establecer nuevos modelos de negocio,
aprovechando combinaciones innovadoras de servicios inteligentes para
incrementar la creación de valor, aguas arriba o abajo de la cadena de valor.
Estos mismos principios se aplican a las
máquinas que los fabrican, los sistemas de producción ciber-físicos (CPPS),
que constituyen la “Fábrica Inteligente”. Son máquinas con capacidad de comunicación, personalización,
adaptación al entorno y flexibilidad.
La cadena de suministro inteligente y conectada es
otra pieza central en la Industria 4.0. Los flujos físicos se replican en una
imagen virtual a través de materiales y piezas etiquetadas con RFID. A lo largo
de la cadena de suministro, los CPS generan datos sobre su posición y estado.
La digitalización permite automatizar los procesos e identificar al producto a
lo largo del proceso. La visibilidad de los movimientos en la red de suministro
permite reconocer ineficiencias y riesgos, aumentar la robustez y la capacidad
de respuesta a incidencias, incrementar la fiabilidad y disminuir los costes.
El resultado es una cadena de producción
donde cada sistema es capaz de obtener la información que necesita. La fábrica
se convierte en una red de agentes que toman decisiones optimizadas. La
producción puede organizarse según un modelo donde la capacidad de los sistemas
es la oferta y la demanda surge de las órdenes que deben atenderse. Cada CPPS
puede decidir su programa de producción en base a su tiempo de procesamiento,
las fechas de entrega u objetivos de beneficio o sostenibilidad.
Gracias
a su autogestión, productos y máquinas inteligentes se vuelven invisibles a los
operadores y sólo precisan atención cuando precisan mantenimiento.
Fuente: revistaingenieria
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